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Testimonio de Laura

By 26 enero, 2022No Comments
«Cuando mi hijo tenía 6 meses y yo 39 años, en abril del año 2018, empecé con un cuadro de malestar general y febrícula al que no le di importancia. A los pocos días, estando de visita en la casa de mi suegro, noté un dolor opresivo en la parte izquierda del tórax que se irradiaba hacia cuello y mandíbula. Solo recuerdo que me levanté al baño ya que me entraron ganas de vomitar. Me desperté en el suelo del salón con mi marido avisando al 112, que no llegaron a atenderme ya que yo me puse al teléfono indicando lo que me había pasado y que me encontraba bien (Estaba más preocupada por los llantos de mi hijo que por mí). Al día siguiente acudí a mi médico de atención primaria ya que la fiebre no remitía y tenía ambos ganglios a nivel del cuello exageradamente inflamados, aunque sin dolor alguno. Me recetó amoxicilina y no le dio importancia al episodio sufrido el día anterior en casa de mi suegro.
Pero en vez de mejorar, yo iba empeorando, ya con fiebre de 42 por lo que mi marido llamó a su madre para que se quedase con el bebé y nos fuimos a urgencias del Hospital La Paz de Madrid.
    El informe de ingreso era el siguiente: Mujer de 39 años que ingresa a urgencias por cuadro de fiebre sin foco aparente, con tiritona franca, lesiones cutáneas (rush) que empiezan en hemiabdomen izquierdo y se extienden a muslos, pantorrilla izquierda y muñecas. Lesiones petequiales en región maleolar y ambas plantas de los pies, así como eritema y sensación de ardor en ambas manos. Lengua eritematosa y agrietada.
   Tras varios tratamientos con distintos antibióticos, pruebas diagnósticas de todo tipo, visitas de profesionales de distintas especialidades, preguntas por si, por ejemplo, hubiese indicios de alguna picadura por garrapata, etc,. A  la semana de estar ingresada, estando cada vez en peor situación, con oxigenoterapia, fiebre muy alta, observo que se me empieza a descamar la piel del dedo pulgar derecho. Como me indicaron que cualquier signo o síntoma, por muy nimio que me pareciese, lo informase, pues lo trasladé por la mañana. Esa misma tarde me diagnosticaron Enfermedad de Kawasaki del adulto  administrándome desde ese mismo momento el tratamiento específico, que fue  milagrosamente efectivo de un día para otro (mi fiebre al día siguiente bajó de 42 a 38 ºC y de ahí mi mejoría fue a pasos agigantados). Tengo que agradecer a todos los profesionales del Hospital La Paz el trato recibido (sobre todo al Médico Adjunto Dr. Herrero y Médico Residente Dra. González Barral) y todas las pruebas a las que me sometieron para descartar cualquier secuela.
Mi Diagnóstico principal fue Enfermedad de Kawasaki del Adulto y mis otros diagnósticos en el proceso: Alteración  mixta de perfil hepático secundaria, Esplenomegalia de 15 cm, hepatomegalia, anemia, trombopenia, síndrome de activación macrofágico secundario, Insuficiencia cardiaca congestiva, distress respiratorio del adulto e insuficiencia respiratoria aguda.
A día de hoy llevo una vida totalmente normal sin ningún tipo de tratamiento.
Pongo a disposición mis informes por si algún especialista en la materia los necesitase para ahondar más en esta enfermedad.
Gracias por toda la labor que hacéis y la visibilidad que le dais a la enfermedad de Kawasaki.
Un abrazo
Laura
Muchas gracias por hacer visible esta enfermedad

El testimonio de Laura, es basado en su experiencia personal. Todas las  historias compartidas en este espacio,  son testimonios personales, que nos envían  para compartir en este espacio que hemos creado para las familias afectadas por la enfermedad de Kawasaki. Esta historia no constituye un consejo médico. Ante cualquier duda sobre asesoramiento médico, consulte con su médico tratante. 

Si quieres compartir tu testimonio, este es tu espacio.

Escríbenos a info@asenkawa.org

Last Updated on 26 enero, 2022 by Asenkawa